Coy 326 – La economía nacional pierde dinamismo

Producto

El denominado supercíclo de las materias que benefició a gran parte de los países en desarrollo y en particular a los países de la región parece haber llegado a su fin y, dadas ciertas vulnerabilidades, afectó a unos más que a otros. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) boliviano a partir de 2004 superó el 4 por ciento a excepción del 2009, el valor más alto se registró en 2013 con un 6,8 por ciento pero posteriormente se desaceleró durante dos años consecutivos con tasas de 5,5 por ciento y 4,8 por ciento en 2014 y 2015 respectivamente (ver gráfico 1).

La actividad económica con mayor dinamismo en 2015 fue la de servicios de la administración pública con un incremento de 9,4 por ciento respecto a 2014, ya en las gestiones 2013 y 2014 dicha actividad fue la segunda en crecimiento lo que refleja la importancia que fue adquiriendo la administración pública. Tal parece que el aparato estatal es cada vez más grande (ver gráfico 2).

 

Las actividades hidrocarburífera y minera fueron las únicas que cayeron en 2015 respecto a 2014 (extracción de minas y canteras), en promedio decrecieron en 1,4 por ciento. Ambas actividades tuvieron problemas no solamente con sus precios sino también con los volúmenes producidos que, en el mejor de los casos, se estancaron.

Exportaciones

Después de haber estado cerca a los US$ 13.000 millones en 2014, las exportaciones bolivianas totalizaron US$ 8.752,9 millones en 2015, con una disminución de US$ 4.166,9 millones (32,3 por ciento menos), que implica una contracción de 1/3 en solo un año (ver gráfico 3). La caída fue en todos los grupos de exportación, siendo la más importante en hidrocarburos con un 39,6 por ciento, seguida de los minerales con 27,4 por ciento y los productos no tradicionales con 19,6 por ciento.

Como se indicó en el Informe Nacional de Coyuntura Nº 285, gran parte de las exportaciones de los 9 departamentos del país se concentró en hidrocarburos y/o minerales, reforzándose la alta dependencia de ellos en la última década. Beni y Pando fueron los menos afectados, manteniendo una participación de los productos tradicionales menor al 20 por ciento entre 2004 y 2014. De esta forma, la caída de los precios de nuestros principales productos de exportación ha deteriorado el valor de las ventas de todos los departamentos sin excepción (ver gráfico 4).

La Paz tuvo una disminución de sus exportaciones de 41,6 por ciento respecto a 2014, Tarija de 39,1 por ciento, Chuquisaca de 33,8 por ciento y Santa Cruz de 33,2 por ciento, superando todos ellos la variación relativa promedio nacional. Cochabamba, Oruro y Potosí sufrieron una caída de alrededor del 20 por ciento.

La balanza comercial nacional, medida en relación al PIB, registró un saldo negativo de 2,6 por ciento en 2015; el primero en más de 10 años (ver gráfico 5). Desde el año 2003 la balanza comercial fue favorable, reflejando el significativo incremento de nuestras exportaciones que superaron las importaciones de manera continua hasta 2014. La abrupta caída en 2015 se debe, en gran parte, a la alta dependencia de nuestras exportaciones de un grupo reducido de productos tradicionales y de sus cotizaciones internacionales.

Sector fiscal

También el sector fiscal ha sido afectado por los menores precios internacionales de los productos de exportación, especialmente petróleo. Desde el año 2003 las cuentas fiscales habían experimentado una mejora significativa, con superávits continuos entre 2006 y 2013. Pero esto ha cambiado súbitamente en 2014 y 2015, al presentarse déficits crecientes, con valores de Bs. 7.669,2 millones y Bs. 15.662,1 millones respectivamente. Medido como parte del PIB nacional, los porcentajes de déficit son similares a los previos a 2005, duplicándose el déficit de un año a otro con un 3,4 por ciento en 2014 y 6,9 por ciento en 2015 (ver gráfico 6).

El incremento del déficit es fruto no solamente de menores ingresos fiscales sino, también, del constante incremento del gasto estatal. Si la caída en las cotizaciones de las materias primas fuese un evento transitorio, eventualmente el balance deficitario podría cubrirse con mayores ingresos futuros, pero si la caída persiste y se consolida, la situación fiscal empeoraría y los riesgos para la estabilidad económica serían mayores. De ahí lo imperioso de un manejo prudente de las cuentas fiscales

También las regalías y las transferencias regionales se redujeron en 13,5 por ciento el 2015 con respecto a 2014. Las gobernaciones fueron las más afectadas con una contracción de 24,9 por ciento, pero también los gobiernos municipales con 9,5 por ciento, y las universidades con 1,2 por ciento. Todos los departamentos se vieron impactados, pero sobre todo el departamento de Tarija, que ha recibido el 26,0 por ciento menos de regalías y transferencias en 2015, que en 2014 (ver gráfico 7).

En este contexto, las perspectivas de este 2016 no son muy diferentes; y en todo caso, cabe esperar una caída todavía mayor de las regalías y transferencias.

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